El estado de alarma provocado por el coronavirus ha confirmado el carácter estratégico de la cadena suministro del sector alimentario y la cadena ha respondido. El suministro de los diferentes productos está garantizado y los centros de venta permanecen abastecidos.
Ha habido una respuesta excelente de los diferentes miembros de la cadena: sector primario, industria alimentaria, sector del transporte y distribución y venta, que están trabajando coordinados.
Después de unos días de afluencia masiva y acaparamiento de existencias, que provocó desabastecimientos puntuales de algunos productos, la normalidad se ha ido recuperando poco a poco. El público se ha convencido de que no habrá escasez de producto.
La cadena de suministro ha tenido que readaptarse para asegurar un suministro rápido y seguro. Se ha reducido el número de productos y su variedad, lo que ha permitido reducir los plazos de entrega. Se ha reajustado el proceso para responder a los pedidos de acuerdo a la demanda y estos cambios se han transmitido a la cadena. Se han reorganizado las políticas de gestión de inventarios. Se ha reasignado personal entre las diferentes áreas de la empresa. La liquidez existente se ha dirigido a los productos demandados, aunque éste es uno de los puntos más críticos para muchas empresas
Varias empresas han reforzado los servicios online y telefónico para atender el incremento de la demanda. Las ventas por el canal online se han incrementando en más del 50 por ciento, según distintas fuentes del sector. Para dar respuesta a este consumo creciente, se han afianzado las plantillas en la red logística y se han flexibilizado las condiciones de entrega. El reparto a domicilio de estos pedidos está facilitando las condiciones de vida de muchos ciudadanos.
La cadena de suministro precisa que no se interrumpa la movilidad de los trabajadores a los centros de trabajo, que se garantice y proteja la libre circulación de materia prima y producto acabado. Mantener la cadena de abastecimiento de productos y servicios, requiere de una estrecha colaboración con otras industrias auxiliares que ofrecen servicios imprescindibles, como los envases y embalajes -cajas, latas de bebidas y conservas-, materias primas, cadena del frío...
Las empresas están ayudando a la contención del virus: así, cientos de agricultores y ganaderos están saliendo a las calles con sus tractores, con sus cubas y atomizadores y están recorriendo las calles, plazas, parques y avenidas para ayudar en las tareas de desinfección de los espacios públicos.
Asimismo, las empresas de la cadena de suministro están ayudando a los más necesitados. Se mantiene el suministro regular a los Bancos de Alimentos de España, con el objetivo de ayudar a los servicios sociales en esta situación de emergencia. Se ha activado el Banco de Agua en colaboración con la Cruz Roja, con el objetivo de suministrar agua mineral natural a todas aquellas personas que lo necesiten. Estos son solo algunos ejemplos.
También se ha reforzado la salud y seguridad de los trabajadores. Es crítico que se asegure un flujo continuo de material de protección. Si los equipos no pueden llegar con regularidad a las diferentes empresas de la cadena, esta podría romperse. Debe garantizarse el suministro de EPIs a productores, cooperativas, industria, transportistas, empresas y personal de limpieza y puntos de distribución del consumidor.
Las empresas han implantado nuevos protocolos de seguridad extrema para sus empleados. Los centros productivos, por ejemplo, han instalado en sus líneas, separadores de cartón u otros materiales, para evitar contagios. Los centros de venta han colocado mamparas de metacrilato de protección y separación, han repartido equipos de protección e higiene entre sus trabajadores (gafas, guantes, mascarillas, geles …). Han reducido los horarios de apertura y han controlado el aforo de los supermercados, señalizado además la distancia mínima exigida entre personas. Se han reforzado los procesos de desinfección y limpieza diarios de las instalaciones por servicios externos contratados. Se ha asegurado el suministro de las máquinas de alimentación y bebidas, que se han convertido en algo básico, para el personal, al no haber otras opciones.
Por último, al cliente también hay que protegerlo. Se ha implantado el uso obligatorio de guantes, que se dispensan en los accesos al centro de venta. También, se han instalado dispensadores de gel desinfectante y papel para que los usuarios puedan limpiar el mango del carro antes de usarlo. Sobre estas medidas se informa tanto a través de los miembros de la plantilla como por medio de cartelería, megafonía y redes sociales. Con el objetivo de proteger la seguridad alimentaria, no se admite, en ningún caso y bajo ningún concepto, devoluciones de producto.
Confirmar la seguridad en toda la cadena de suministro, refuerza la imagen de garantía del producto final y genera confianza.
Sobre el autor
Ramon Boixados es licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid, PDG por el IESE y Master de e-Commerce por la Universidad Politécnica La Salle. Ha trabajado en banca y consultoría, realizando proyectos en varios países como Alemania, Rumanía, Marruecos, Ecuador, Argentina y Arabia Saudí. Actualmente, además de ser uno de los expertos del Centro Español de Logística (CEL), la asociación de referencia nacional e internacional para la gestión de la cadena de suministro en España, es profesor certificado CPIM y profesor asociado en la Universidad Carlos III, así como colaborador de varias escuelas de negocios.
Fuente: https://www.revistaalimentaria.es/vernoticia.php?volver=¬icia=la-cadena-de-suministro-alimentaria-un-claro-caso-de-exito-ante-el-coronavirus&utm_campaign=avance-semanal-9-abril_no_abiertos&utm_medium=email&utm_source=acumbamail
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